"Lo
que edificamos con la postura meditativa es un templo de vida. A
falta de columnas, bóvedas y altares, nuestro propio cuerpo,
nuestras piernas, nuestro sacro y nuestra columna hacen las veces de
ermita para recogerse".
Arjuna
Peragón.
7
principios de meditación.
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Crea con tus piernas y tu pelvis un soporte estable para tu postura. Siente al inspirar la suave presión de tu diafragma sobre los órganos del abdomen. Percibe también esa presión en la base de tu pelvis y enraízate.
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Mantén la vertical de tu columna sin rigidez. Una imagen mental que
puede ayudarte es sentir tus vértebras como si flotaran una encima
de otra.
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Deja los hombros relajados y los brazos sueltos a los lados de tu
cuerpo. Tus manos apoyadas sobre las piernas o formando un mudra.
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Los ojos cerrados o entreabiertos. Si los mantienes entreabiertos
mantén tu mirada suavemente en un punto en el suelo a un metro
aproximadamente de tus pies.
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Los labios cerrados suavemente y la punta de la lengua apoyada en la
parte de atrás de los dientes de arriba. La mandíbula relajada.
- Distiéndete..., siente tu respiración..., y permite que llegue a cada rincón de tu cuerpo.
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Mantén un equilibrio entre distensión y atención, entre tensión y
relajación. Si estás demasiado tenso bloqueas la experiencia. Si
estás demasiado relajado te duermes.
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Mantén tu presencia y conecta con el centro profundo de tu ser.