domingo, 17 de enero de 2016

La respiración une al cuerpo con el espíritu

 "Estar completamente vivo supone respirar profundamente, sentir realmente y moverse con libertad"

"Los estados psíquicos, anímicos y físicos están perfectamente ensamblados y acoplados. Cuerpo, alma y espíritu, considerados de forma aislada son sólo esquemas mentales creados por el pensamiento humano ya que, en realidad, pertenecen a una misma unidad. El término “Atman” es una palabra hindú que también tiene su correspondencia en las lenguas indoeuropeas. Por ejemplo, en alemán “atmen” significa respirar. Y tanto en griego como en latín o hindú, significa “aliento”, “espíritu”, “alma”.
Neuma” en griego quiere decir “respiración”, “soplo”, “aliento”, “espíritu”.
Y en la Biblia Dios crea al hombre tomando una masa de barro y en la que de un soplo le infunde el espíritu y, de esa forma, la vida. Es significativo que los griegos situaran la sede del alma en el diafragma, el músculo que realiza los principales movimientos respiratorios.
La mera observación de estas aclaraciones lingüísticas nos pone de manifiesto la mutua relación que existe entre respiración y vida. Por consiguiente se produce un paralelismo entre el no poder respirar, con la ausencia de vitalidad; entre el respirar mal y la pérdida de la capacidad de experimentar sensaciones.
A través de la respiración comprobamos si bloqueamos o estrechamos el paso al aliento o si, por el contrario, disponemos de suficiente espacio respiratorio (de suficiente espacio vital); si dejamos que el aliento fluya por nuestro cuerpo y si permanecemos en un continuo intercambio con el mundo que nos rodea.
Por consiguiente, podríamos añadir: “Muéstrame cómo respiras y te diré quien eres, cómo te sientes y cómo te comunicas con tu entorno”, pues la respiración es el reflejo de nuestro estado general.
Estar completamente vivo supone respirar profundamente, sentir realmente y moverse con libertad; es decir, dependiendo de cómo respiremos estaremos dentro del ámbito de lo vivo o de lo inanimado.
La respiración ocupa un lugar especial entre los procesos corporales sobre los que apenas se puede influir deliberadamente; transcurre de forma inconsciente y automática, aunque se le puede dirigir de forma consciente y deliberada y, por tanto, es una puerta hacia el sistema neurovegetativo, hacia los trastornos que se produzcan en éste, así como hacia innumerables alteraciones del cuerpo.
Del mismo modo que la respiración influye sobre nuestro estado anímico, también se produce una considerable influencia a la inversa. Así, según estemos alegres, enfadados, tristes o deprimidos, la respiración se verá estimulada o frenada, será más profunda o superficial. “No hay otro sistema que reaccione ante lo písquico de forma tan sensible como la respiración” (Rossier/Wiesinger).
Los efectos de las influencias psíquicas y anímicas sobre la respiración se manifiestan especialmente en las alteraciones del tono de los músculos respiratorios y, en particular, en el tono del diafragma; como consecuencia de ello se produce, asimismo, una alteración en el ritmo respiratorio.
Por esta razón a menudo se insertan la práctica y terapia respiratorias en la psicoterapia moderna. Una persona que tenga miedo encogerá el pecho de forma involuntaria y, del mismo modo, al experimentar un susto repentino contiene la respiración. Cuando uno permanece mucho tiempo sentado llegará un momento en que no respire correctamente y se volverá una persona cansada y aburrida. Y cuando el aliento no fluye por el cuerpo uno se siente falto de vitalidad, y a menudo deprimido. Cuando uno trata de ejercer control sobre los sentimientos, lo que consigue es retener la respiración profunda. La armonía interior y la fuerza vital se logran a través de una respiración profunda y completa, pues los procesos anímicos se armonizan mediante el estímulo, el “dejar hacer”, y la profundización de la respiración natural. A menudo se vuelven a soltar sentimientos y emociones reprimidas con respiraciones rápidas y profundas, al abrirse la garganta y otros conductos respiratorios. Por ello, cuando se produce una alteración o carencia respiratoria se ha de pensar que puede estar motivada o al menos relacionada, con alteraciones anímicas. Tanto Reich como Lowen, en sus teorías sobre la Terapia y Bioenergética, respectivamente, dan una enorme importancia a la correcta respiración. “Solo a través de una respiración intensa y profunda se reune la energía para llevar a cabo una vida interior plena”.
Por otro lado, en la respiración encontramos nuestro mejor medio de comunicación, ya que sólo con su ayuda tiene lugar el intercambio metabólico entre el interior y el exterior, entre el dar y el tomar.
En numerosas religiones asiáticas la respiración está considerada como una vía de comunicación con el cosmos."

Aprende a respirar.
Hiltrud Lodes.